PROCEDIMIENTO EN CONSULTORIO
Cuando uno mira el rostro de una persona y evalúa su edad, hay un factor importantísimo que nuestros ojos consideran sin saberlo: los volúmenes del rostro.
Un rostro joven tiene abundante volumen debajo de los ojos, en la región malar y arco zigomático. Este volumen le da prominencia y hace resaltar esas características faciales. Mientras descendemos hacia el mentón el volumen va disminuyendo, dando un rostro más anguloso, con una mandíbula recta, bien definida.
El rostro se compone de 4 capas: Piel, músculo, grasa y hueso.
Durante el envejecimiento, las 4 capas sufren modificaciones.
En especial, el hueso y la grasa se absorben y desaparece, disminuyendo el volumen debajo de los ojos, malar, arco cigomático.
Al disminuir el volumen en el área superior y acumularse en el área inferior, se invierten las proporciones del rostro dándole características de cansancio, tristeza, preocupación, envejecimiento.
El objetivo es devolver las proporciones naturales del rostro completando el volumen perdido, para devolver las proporciones naturales del rostro y conseguir un aspecto más descansado y joven.
La posición exacta donde colocar el volumen y la cantidad es lo que permite dar un resultado limpio y natural.
El reto para el doctor en encontrar el balance entre las características particulares y preferencias del paciente y las proporciones del rostro establecidas como atractivas y jóvenes.
Se consigue mejorar las ojeras, surco de la nariz al labio y el surco del labio al mentón.
Las arrugas de la piel mejoran porque al aumentar el volumen, la piel se estira y las atenúa o desaparece.
Se puede acentuar alguna característica como labios, el delineamiento de la línea y ángulo de la mandíbula, mentón, malar, arco cigomático.
Se puede modificar la forma del rostro, de más redondo a más alargado o viceversa.
La reposición de volumen se puede realizar con Ácido Hialurónico o con grasa del propio paciente.
40 minutos.
Anestesia local con frío y cremas.
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Ninguna.
Tratamiento en consultorio.